Hoy ha
sido mi primer día en la nieve, por fin he logrado convencer a mis dueños para que
me lleven a conocerla. Aún no se enteran que a mí, por raro que parezca, no me
hace mucha gracia el mar.
Yo soy más
de montaña, por algo nací en La Mancha, aunque viva en una ciudad portuaria,
bueno vamos a lo importante que me despisto y hablo de todo menos de lo que
debería… Bueno como os iba diciendo hoy ha sido mi primer día en la nieve y
tengo que decir que ¡me ha encantado! La primera sensación al pisarla ha sido “¿qué
es eso que están tocando mis pezuñas, guau guau?, luego he descubierto lo
divertido que era correr encima de esa cosa blanca y blandita que según llegaban
mis huellas se deshacían por debajo de ellas. Pero sin lugar a dudas lo mejor
ha venido cuando a la graciosa de mi dueña se le ha ocurrido tirarme una bola
gigante de esa cosa blanca y blandita y me ha dado en el hocico, yo no podía parar
de intentar comérmela pero a pesar de todos mis intentos ha sido imposible, la
bola gigante se había convertido en polvo, ¡ya no estaba…había desaparecido!
Es
importante que sepáis que tenemos que tener precaución con la patas en la nieve
o en el hielo, concretamente con nuestras almohadillas, ya que se nos pueden
agrietar y producirnos heridas si nos dedicamos a jugar mucho rato en ella.
En
algunas tiendas especializadas existen productos para ponernos antes de que
pisemos la nieve, y así podremos evitar encontrarnos con algún disgusto de
vuelta a casa, porque al final los que salimos mal parados somos nosotros, los
peludos. Si no encontráis algún producto que nos valga otra solución es
ponernos grasa de caballo, si esa misma que usáis los humanos para cuidar
vuestras botas de montaña.
Otra
buena idea son los botines para perro, esta sería la mejor protección para
nuestras patas y almohadillas. Al igual que los humanos os ponéis botas en
invierno para proteger vuestros pies, los botines para perro nos evitarán
lesiones en nuestras patas peludas, de esta forma nos protegen de la sal, las
bolas de hielo, y los artículos afilados que puedan estar ocultos bajo la nieve
o el hielo. El tamaño de estos botines es primordial que sea el adecuado ya que
nos debe de garantizar nuestra comodidad a la vez que nos facilite una protección segura
de nuestras patitas.
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